quinta-feira, fevereiro 25, 2010

MAIS UM POUCO DE LEITURAS...

“Adolfo, 83 años. Siempre vivió con mujeres. Todas se quieren casar con él y le sacan plata. De sus muchos años en Roma, los últimos los pasó con una condesa. Llegó el día en que, por la situación argentina, la madre le escribió para prevenirlo de que no podía mandarle la mensualidad habitual; tendría que reducirla a la mitad. Poco después volvió Adolfo: confesó que la condesa, después de leer la carta, lo mandó de vuelta, con lo puesto – su traje estaba muy raído -, sin un peso. Hará cosa de pocos años Adolfo tuvo que operarse de no sé qué… Su hermano se sorprendió de ver cómo lo atendían las amigas: con intimidad de enfermeras y verdadera devoción. Ahora volvieron a operarlo: de próstata, esta vez. Su hermano fue visitarlo a la mañana. En el cuarto, había dos camas. En una estaba Adolfo; en la otra, su amiga, de 83 años. Volvió al anochecer el hermano. Ahora la compañera era una mujer de treinta años. El hermano, que le administra el dinero y le pasa mensualidades considerables, le preguntó por qué a fin de mes siempre estaba tan corto de dinero. “Me lo sacan las amigas”, explicó Adolfo. Las deja, porque le basta con llegar al fin de mes sin mayores privaciones. “No tengo herederos, ni mucho futuro que digamos”, explica. Está acostumbrado a vivir con mujeres. Lo cuidan, lo acompañan. Todas tratan de casarse con él; en eso es irreductible. A veces lo cansan y hasta por momentos lo amargan, hablándole de su muerte, de la conveniencia de hacer cuanto antes un testamento que las favorezca y de poner desde ya cosas a su nombre; son momentos desagradables, pero pasajeros. No les guarda rencor. Si se acuerda, les dejará algo en el testamento, ¿ por qué no ¿ Al fin y al cabo, el hermano no necesita nada, ni va a vivir mucho más que él y no tiene hijos; el Estado, no es muy simpático, y las sociedades de beneficiencia vaya uno saber cómo están manejadas. Mejor dejar algo a esas mujeres que él conoce tanto y cuyas habilidades le hacen gracia y hasta lo conmueven: (Adolfo Bioy Casares – “Descanso de Caminantes – Diários Íntimos”)

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